Sueño con el día en que los
maestros de arquitectura reconozcamos que no somos dueños de la verdad absoluta,
que nuestra verdad es tan relativa como lo son las diferentes arquitecturas y
como lo son nuestros aprendices.
Sueño con el día en que no
pongamos grilletes a las ideas y mucho menos etiquetas, que vuelen libremente con
su propio itinerario, que entendamos que frente a las ideas, a veces, es tan
importante la palabra dicha como la que callamos.
Sueño con el día, en que los
maestros de arquitectura dejemos de asumir la sorpresa y la admiración como un
acto de renuncia, en el que lo autentico y endógeno se regala y lo extraño y estandarizado
se paga. Sueño con el día en el que entendamos que tenemos una gran
responsabilidad con nuestro futuro más que con nuestro presente.
Sueño con el día, en que dejemos
de ver la enseñanza como un signo maquiavélico y podamos rescatar el honor de
un oficio que no tiene precio, en el que trabajemos para formar arquitectos que
pensaran y actuaran como arquitectos.
Sueño con el día en que maestro y maestro podamos vernos a
la cara y sentir respeto mutuo. Hoy tengo un Sueño.
Escrito por: Arq. Jairo Torralvo
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