Escrito por: Arq. Jairo Torralvo
Estamos asistiendo a una era
urbana donde la ciudad es un fenómeno generalizado, descomunal , pero
igualmente frágil, en el que la problemática puede fácilmente superar su
disposición para administrarla y para preverla, pareciendo tener implícito la
capacidad para generar su autodestrucción , pero al mismo tiempo, crear sus
propios mecanismos de supervivencia.
Nos encontramos con ciudades
insertas en procesos de globalización, que le imponen nuevos retos con relación
a la organización de su territorio y la disponibilidad de tierras, aparecen
otro tipo de conflictos sociales y económicos como la violencia urbana, el
desplazamiento forzado, la movilidad, además del desarraigo y nomadismos, que
generan a su vez, ciudades efímeras. Así mismo, las ciudades para ser
competitivas deben asumir altos niveles de desarrollo tecnológico, sobre todo
en el manejo de la información reflejado en el Internet, que aporta su don de
la ubicuidad e inmediatez.
De igual forma, este desarrollo
es expresado también en las estructuras físicas y estéticas de las ciudades, en
proyectos de infraestructura, la conquista de las alturas, nuevas técnicas y
materiales presentes en la arquitectura de autor y que las coloca en el mapa
mundial de la competitividad urbana.
Por último, el deterioro del
medio ambiente, reflejado en temas críticos como la disposición de residuos
sólidos y químicos y, por supuesto, la importancia cada vez mayor de lo
endógeno y la cultura como un elemento que represente un plus competitivo para posicionarse dentro del mapa mundial de la
globalización, todos estos aspectos resultan estratégicos para las ciudades de
hoy.
Lo anterior, representa un reto y
un compromiso importante para el arquitecto , al momento de interpretar y
generar respuestas a esta complejidad y si pensamos que cuando se intervienen
las ciudades es tan importante la respuesta que se de a un problema como el
mismo proceso que se genere para resolverlo, el cine al igual que otras
disciplina, se convierte en una herramienta fundamental que nos abre una
ventana de imaginarios y escenarios de nosotros mismos, desde distintas ópticas
y con diferentes posibilidades de interpretación.
Desde sus inicios, el cine se ha
subyugado con las ciudades y en muchas ocasiones las ha convertido en
verdaderas protagonistas de sus historias, las ha reinventado, creado,
cuestionado y exaltado, manipulado, ha
tomado de ellas lo que le ha servido y desechado lo que no, ha creado sus
propios paradigmas, pero también se han retroalimentado mutuamente en la
creación de esos paradigmas.
Recordemos que esta relación se
inicia a comienzos de siglo a través del expresionismo alemán en el que se
muestran los espacios como escenarios teatrales reforzados por una narrativa y
un montaje similar, en la que el mensaje se refuerza con la exagerada
expresividad de los actores como la manera de compensar la ausencia de sonido.
Un buen ejemplo es El Gabinete del Doctor Caligari, un filme de los años 20s,
en la que la arquitectura empieza a adquirir protagonismo atribuyéndosele
algunos rasgos estéticos que se asumen como la continuidad de la psiquis
trastornada de su protagonista.
Pero el ejemplo más clásico y un hito además,
de la historia del cine es Metrópolis de Frits Lang 1927, el primero en tomar
conciencia de las posibilidades dramáticas de edificios y ciudades, plantea una dura critica a la ciudad
industrial norteamericana y ha inspirado al cine urbano y de ficción hasta
nuestros días.
Sin embargo, es realmente cuando
la cámara sale a la calle que la ciudad y su arquitectura se convierten en
verdaderas inspiraciones para sus historias, surge entonces el realismo un
género que iría a caracterizar al cine norteamericano y que, de alguna manera,
le da el control del negocio a los EE.UU. hay que decir que el mayor beneficio
de este medio lo han obtenido los EE.UU. pero también es el que más aportes le
ha hecho. Posteriormente surgen otras
categorías o géneros de clasificación del cine que, por supuesto, crean su
propia imagen de las ciudades (cine del oeste, negro, cómico, de acción y
ficción, entre los más conocidos).
Es interesante anotar, que los
imaginarios urbanos que se han creado en las pantallas de cine se han
reinventado y han ido evolucionando a la par de los desarrollos tecnológicos y
de las propias ciudades, lo que le ha generado al cine innumerables retos
(técnicos y narrativos) que superar, por ejemplo la historia de la sociedad Norteamérica y su participación
en las guerras mundiales, que en algún momento le han exigido transmitir un
sentimiento nacionalista a través del cliché del Sueño Americano o crear un
imaginario escapista para desviar la atención de los espectadores de asuntos
trascendentales y serios con historias banales y entupidas.
Otro reto mas
enfocado en la cuestión disciplinar del cine ha sido la transición del cine
mudo al cine sonoro y del cine en blanco y negro al cine en color, en las que las ciudades pasan a mostrar sus
propias personalidades, asumiendo diferentes posibilidades estéticas. Y, ni que decir de la aparición
de la televisión, el video, la televisión por cable y los canales privados, el
cine comercial vs. El cine independiente, el computador seguido de los
videojuegos y el Internet…………
Pero la estrategia del cine con
relación a estos retos ha sido muy clara y por demás efectiva. Sus objetivos
siempre han sido los mismos; la máxima rentabilidad y su vocación y capacidad
para divertir y a partir de allí su misión ha sido darle al espectador lo que
ha querido, nos ha dejado sentir el peligro sin ponernos en riesgo, nos ha dado
la posibilidad de identificarnos en la pantalla de cine y soñar con nuestro
futuro, ha generado los mayores aportes, técnicos, estéticos y tecnológicos,
que le han permitido ser competitivo frente a los avances de la tecnología,
usándolos a la ves, refiriéndonos a los EE.UU., para mostrar su desarrollo y
poderío social, cultural, económico y político. En esa capacidad de
reinventarse, yendo más allá que la realidad, creo que ha radicado el secreto
para que el cine logre vendernos tantos paradigmas, no solo urbanos.
Con relación a los paradigmas urbanos
podríamos perfectamente contar la historia de la ciudad moderna a través de
un corpus de películas. El Modernismo
Temprano a través de películas como
Actualités, Things to Come, Just Imagine de Vertov, el Expresionismo
alemán de la república de Weiner a través de películas como Golem y Caligari,
la época de las postguerras en la reconstrucción de Europa a través en las
imágenes creadas por Antonione y Passolini., el Postmodernismo visto a través
de la cámara de Goddard o Tati y la
época contemporánea pasando por Blade
Runner hasta Matriz.
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