8/5/13

Cine; Ciudades Inagotables

Escrito por: Arq. Jairo Torralvo

Estamos asistiendo a una era urbana donde la ciudad es un fenómeno generalizado, descomunal , pero igualmente frágil, en el que la problemática puede fácilmente superar su disposición para administrarla y para preverla, pareciendo tener implícito la capacidad para generar su autodestrucción , pero al mismo tiempo, crear sus propios mecanismos de supervivencia.

Nos encontramos con ciudades insertas en procesos de globalización, que le imponen nuevos retos con relación a la organización de su territorio y la disponibilidad de tierras, aparecen otro tipo de conflictos sociales y económicos como la violencia urbana, el desplazamiento forzado, la movilidad, además del desarraigo y nomadismos, que generan a su vez, ciudades efímeras. Así mismo, las ciudades para ser competitivas deben asumir altos niveles de desarrollo tecnológico, sobre todo en el manejo de la información reflejado en el Internet, que aporta su don de la ubicuidad e inmediatez.


De igual forma, este desarrollo es expresado también en las estructuras físicas y estéticas de las ciudades, en proyectos de infraestructura, la conquista de las alturas, nuevas técnicas y materiales presentes en la arquitectura de autor y que las coloca en el mapa mundial de la competitividad urbana.

Por último, el deterioro del medio ambiente, reflejado en temas críticos como la disposición de residuos sólidos y químicos y, por supuesto, la importancia cada vez mayor de lo endógeno y la cultura como un elemento que represente un plus competitivo para  posicionarse dentro del mapa mundial de la globalización, todos estos aspectos resultan estratégicos para las ciudades de hoy.

Lo anterior, representa un reto y un compromiso importante para el arquitecto , al momento de interpretar y generar respuestas a esta complejidad y si pensamos que cuando se intervienen las ciudades es tan importante la respuesta que se de a un problema como el mismo proceso que se genere para resolverlo, el cine al igual que otras disciplina, se convierte en una herramienta fundamental que nos abre una ventana de imaginarios y escenarios de nosotros mismos, desde distintas ópticas y con diferentes posibilidades de interpretación.

Desde sus inicios, el cine se ha subyugado con las ciudades y en muchas ocasiones las ha convertido en verdaderas protagonistas de sus historias, las ha reinventado, creado, cuestionado y exaltado, manipulado,  ha tomado de ellas lo que le ha servido y desechado lo que no, ha creado sus propios paradigmas, pero también se han retroalimentado mutuamente en la creación de esos paradigmas.

Recordemos que esta relación se inicia a comienzos de siglo a través del expresionismo alemán en el que se muestran los espacios como escenarios teatrales reforzados por una narrativa y un montaje similar, en la que el mensaje se refuerza con la exagerada expresividad de los actores como la manera de compensar la ausencia de sonido. Un buen ejemplo es El Gabinete del Doctor Caligari, un filme de los años 20s, en la que la arquitectura empieza a adquirir protagonismo atribuyéndosele algunos rasgos estéticos que se asumen como la continuidad de la psiquis trastornada de su protagonista.









Pero el ejemplo más clásico y un hito además, de la historia del cine es Metrópolis de Frits Lang 1927, el primero en tomar conciencia de las posibilidades dramáticas de edificios y ciudades,  plantea una dura critica a la ciudad industrial norteamericana y ha inspirado al cine urbano y de ficción hasta nuestros días.

Sin embargo, es realmente cuando la cámara sale a la calle que la ciudad y su arquitectura se convierten en verdaderas inspiraciones para sus historias, surge entonces el realismo un género que iría a caracterizar al cine norteamericano y que, de alguna manera, le da el control del negocio a los EE.UU. hay que decir que el mayor beneficio de este medio lo han obtenido los EE.UU. pero también es el que más aportes le ha hecho. Posteriormente surgen otras categorías o géneros de clasificación del cine que, por supuesto, crean su propia imagen de las ciudades (cine del oeste, negro, cómico, de acción y ficción, entre los más conocidos).


Es interesante anotar, que los imaginarios urbanos que se han creado en las pantallas de cine se han reinventado y han ido evolucionando a la par de los desarrollos tecnológicos y de las propias ciudades, lo que le ha generado al cine innumerables retos (técnicos y narrativos) que superar, por ejemplo la historia de  la sociedad Norteamérica y su participación en las guerras mundiales, que en algún momento le han exigido transmitir un sentimiento nacionalista a través del cliché del Sueño Americano o crear un imaginario escapista para desviar la atención de los espectadores de asuntos trascendentales y serios con historias banales y entupidas.

Otro reto mas enfocado en la cuestión disciplinar del cine ha sido la transición del cine mudo al cine sonoro y del cine en blanco y negro al cine en color,  en las que las ciudades pasan a mostrar sus propias personalidades, asumiendo diferentes posibilidades estéticas. Y, ni que decir de la aparición de la televisión, el video, la televisión por cable y los canales privados, el cine comercial vs. El cine independiente, el computador seguido de los videojuegos y el Internet…………

Pero la estrategia del cine con relación a estos retos ha sido muy clara y por demás efectiva. Sus objetivos siempre han sido los mismos; la máxima rentabilidad y su vocación y capacidad para divertir y a partir de allí su misión ha sido darle al espectador lo que ha querido, nos ha dejado sentir el peligro sin ponernos en riesgo, nos ha dado la posibilidad de identificarnos en la pantalla de cine y soñar con nuestro futuro, ha generado los mayores aportes, técnicos, estéticos y tecnológicos, que le han permitido ser competitivo frente a los avances de la tecnología, usándolos a la ves, refiriéndonos a los EE.UU., para mostrar su desarrollo y poderío social, cultural, económico y político. En esa capacidad de reinventarse, yendo más allá que la realidad, creo que ha radicado el secreto para que el cine logre vendernos tantos paradigmas, no solo urbanos.

Con relación a los paradigmas urbanos podríamos perfectamente contar la historia de la ciudad moderna a través de un  corpus de películas. El Modernismo Temprano a través de películas como  Actualités, Things to Come, Just Imagine de Vertov, el Expresionismo alemán de la república de Weiner a través de películas como Golem y Caligari, la época de las postguerras en la reconstrucción de Europa a través en las imágenes creadas por Antonione y Passolini., el Postmodernismo visto a través de la cámara de Goddard o  Tati y la época contemporánea  pasando por Blade Runner hasta Matriz.


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