En la Mirada de un Turista

Fotografia de Maurizio Franzini, Bogota, 2010

Por : Martha Lucia Baquero R. Arquitecta- MG. Urbanismo, y Maurizio Franzini – Fotógrafo Italiano

La Arquitectura del Maestro Salmona En la Mirada de un Turista. De Roma uno se trae pegado a la memoria, el recuerdo de las magníficas plazas atiborradas de turistas, Piaza Venezia, Piaza dal Popolo, Piaza Navona, Piaza Spagna, etc, las fontanelas, las calles y callejones medievales y renacentistas producto de la amalgama de siglos de historia. Roma como ninguna otra, es un libro abierto de la historia de la cultura occidental. Uno se trae de Roma, la sensación de una ciudad cosmopolita que nutre como la legendaria Loba a todo aquel la visita.

Me preguntaba, de Bogotá, que se llevaría en la memoria un Europeo habituado a vivir en ese tipo de ciudades libro?, Se lo pregunté a mi esposo que es Italiano; me sorprendió su punto vista: “Anarquía urbanística, desarmonía e incertidumbre”, me respondió con desparpajo y cierto sarcasmo. Con el orgullo Colombiano herido, le pedí explicar este concepto que interpreto a continuación: Pese a que se nota el esfuerzo, de la sociedad en su conjunto, por construir una ciudad moderna, más organizada e incluyente, la anarquía urbanística, la desarmonía y la segregación, se dejan ver en muchas zonas de la ciudad, como consecuencia de un crecimiento precipitado, que no dio tiempo a la planificación y el desarrollo armónico, abarcando grandes extensiones territoriales, sin identidad. Barrios populares apiñados, urbanizaciones repetitivas, monótonas, cajas de habitación iguales a los de tantas otras ciudades; rascacielos, edificios modernos y centros comerciales, aunque muchos de buena factura, no hablan de Colombia, porque igual podrían estar en cualquier otro lugar del mundo.

¿Pero que lugares o edificios te hacen evocar Colombia o Bogotá?, insistí impaciente, entonces junto a los tradicionales barrios de la Candelaria, Usaquén, Teusaquillo y la Merced, apareció en su mente la obra del Arquitecto Rogelio Salmona.

Maurizio, como extranjero que hace una lectura desde fuera de la sociedad colombiana, reconoce en la obra del maestro Salmona un ícono urbano y un símbolo de la Colombianidad, explicando así el por que de su afirmación: en esta ciudad, por años prisionera del miedo, pareciera que se busca a ultranza la seguridad con rejas, porteros, y otras medidas de seguridad que generan una arquitectura cerrada y hasta odiosa que al final, lo que transmiten es un mayor estado inseguridad. En contraposición a esa tendencia, surge como un oasis la arquitectura de Rogelio Salmona, de brazos abiertos, acogedora y generosa.

Como un sello particular, las obras del Arquitecto Salmona, poseen una envolvente espacial, una interface entre la ciudad y los edificios, entre el fuera y el dentro, entre lo publico y lo privado, una envolvente permeable, un espacio vinculante, abierto, abundante de verde, rindiendo homenaje al verdor de este país; de múltiples senderos, caminos y recorridos, tan ricos y variados, como variado y multiétnico es este país. Esta envolvente urbana se percibe como un espacio democrático, que todos pueden recorrer, transitar, donde se puede permanecer, donde discurre la vida urbana. La interface constituye un espacio de encuentro, dinámico, vital y alegre como los colombianos; un lugar que nutre y se nutre de la gente.

Este rasgo caracterízate de la obra del maestro Salmona, se evidencia en el conjunto de las Torres del Parque, apropiadamente articulado con su entorno: el tradicional barrio la Macarena, el parque nacional, la plaza de toros y el planetario distrital, a través de jardineras, escalinatas, senderos y caminos. En la Biblioteca Virgilio Barco, la interface se desarrolla en un generoso parque, profuso de recorridos a través de los cuales, entre jardines, senderos, puentes, hilos y espejos de agua y lugres de encuentro, se accede a la Biblioteca desde cualquier punto. En el Centro Gabriel García Márquez, que no tiene mucha extensión, en cambio, es el espacio urbano el que penetra y se extiende dentro del edificio, haciendo una simbiosis entre el adentro y el afuera.

A las generosas antesalas urbanas de sus proyectos, se suma la imponencia de los edificios. Para el ojo italiano, acostumbrado a las obras históricas, a los órdenes clásicos y las proporciones áureas, en los edificios del arquitecto Salmona es fácil identificar el potente sello personal de un gran diseñador: una arquitectura sobria, de líneas clásicas, pero soberbia y atemporal. Una arquitectura nítida, desnuda, hecha de materiales nobles: la tierra cocida del ladrillo magistralmente usado en muros y pisos, el concreto limpio, la madera utilizada con refinamiento y la arcilla de los azulejos que dan pinceladas de color. En la arquitectura del maestro Salmona, los materiales armonizan entre si, y es en esta armonía, donde se evidencia, otra cualidad de su obra: el esmero y el amor por los detalles.

Se deja ver en las costuras de ladrillo, en las filigranas aplicada en algunos muros, en los remates, en el manejo pulcro del concreto, en el diseño geométrico y cromático de los pisos; este tratamiento es especialmente sugestivo en los patios del Archivo Nacional, y el centro Gabriel García Márquez, en el Eje ambiental. Pero quizá lo más importante de la obra del arquitecto Salmona, es que su arquitectura cumple a cabalidad con la función primaria de albergar y contener. Sus edificios acogen, protegen y nutren a la vez, haciendo que se perciban como un gran vientre maternal, cálido y seguro, tal y como se percibe el interior de la de la Biblioteca Virgilio Barco.

El agua, otro elemento infaltable en la obra del arquitecto Salmona, expresa que está ahí para todos, como elemento esencial de la vida. Y abordando este punto, mi esposo me pregunta por que una ciudad como Bogotá tan rica en agua, este elemento no se usa con frecuencia en la arquitectura urbana de la ciudad, en fuentes, bebederos y espejos de agua? Esta ausencia, otorga mayor valor al proyecto urbano del Eje ambiental, que rescata la memoria del agua en la ciudad. Y hace notar que el uso del agua en los proyectos del maestro Salmona, a veces es imperceptible, pero esencial como el aíre, si lo quitas, entonces sientes sabes cuan era importante.

Al final concluye su reflexión diciendo: pienso que el arquitecto Salmona en sus obras expresó una idea futurista desde el punto de vista social, sus obras me transmiten un fuerte mensaje político: su arquitectura refleja el querer ser de la sociedad Colombiana: abierta, generosa, inclusiva, equitativa, democrática; veo en las obras del maestro Salmona el futuro social de este país rico y maravilloso, potente pero sin ostentaciones.